Jesús Rivilla: "Trabajar con este equipo es un lujo"


( 05/02/2021 09:00)
Jesús Rivilla (Puertollano, 1978) sujeta con orgullo una nueva medalla conseguida con la selección española de balonmano. Llegó al cargo de preparador físico en diciembre de 2016 y desde entonces ha sumado cuatro metales: dos oros en Campeonatos de Europa (2018 y 2020), un bronce en los Juegos del Mediterráneo de 2018 que él cuenta con mucha satisfacción, «porque nos costó mucho, con una preparación muy currada y con una selección sin primeros espadas», dice; y ahora un bronce en el reciente Mundial de Egipto, conquistado este pasado domingo al vencer a Francia el duelo por el tercer puesto.

"Ha sido un bronce que sabe a oro. La sensación que tengo es que el equipo lo ganó desde el momento en el que perdimos la semifinal con Dinamarca (posterior campeona de nuevo). El equipo se puso en modo reconstrucción y todos empezamos a pensar en el bronce, en lamernos las heridas lo más rápido posible. Eso marcó el inicio del tercer y cuarto puesto", explica el preparador físico puertollanero, que puso al equipo español en este sentido «una matrícula de honor».

Desde que Jesús Rivilla está en el staff técnico de los ‘Hispanos’ liderado por el seleccionador Jordi Ribera, el porcentaje de medallas ha sido muy elevado: cuatro en seis campeonatos, no pudiendo meterse en los podios de los Mundiales de 2017 y 2019. «Trabajar con este equipo es un lujo, es algo muy excepcional. Los técnicos a veces bromeamos entre nosotros para recordarnos que esto no es normal en el deporte. Es un privilegio. Tienen que tocar muchas cosas: un país como España con tradición de balonmano y una generación talentosa como es esta. Lo único que puedes hacer es que la Diosa Fortuna siga cayendo de vez en cuando en nuestro lado», asegura con risas.



Lo que tiene claro el de Puertollano es que esta selección española "tiene muchos ingredientes para ser campeona. El primero es el concepto de equipo. La sensación de todos de formar parte de esto, de que el equipo va a necesitar de ellos, a veces más o menos, pero todos van a ser importantes. Luego también la autorresponsabilidad que tienen estos deportistas con su trabajo no la había visto en otro entorno y dudo que la vaya a ver. Y también me gusta la humildad y la competitividad. Este equipo jamás de pelear aunque lleguen condiciones muy adversas. Hay partidos que hemos perdido y que los utilizo como ejemplo de lección de vida en las clases con los alumnos", sentencia el también profesor de la Facultad de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte de la Universidad Politécnica de Madrid y del Curso de Entrenador Nacional de Balonmano.

Un grupo al que en este Mundial de Egipto se ha unido por primera vez un jugador provincial, el pivote manzanareño Rubén Marchán, cuya actuación ha sido elogiada por todo el mundo del balonmano, haciendo olvidar su tiro final ante Dinamarca que pegó en el larguero y que pudo significar el empate en los últimos segundos: "Su actuación ha sido notable y su progresión en el grupo ha sido muy tangible. Poco a poco se ha hecho un hueco en la cohesión del propio grupo y eso se notaba en el juego. Su rendimiento ha sido excelente, fuera de dudas. Que un balón se estrelle en el palo entra en el deporte. Esto lo tienes que dar por hecho que puede ocurrir, lo que hay que hacer es trabajar para que ocurra las menos veces posibles. Y él trabaja muy duro, la capacidad de trabajo es una de sus fortalezas, y la capacidad de escucha, de autocrítica y de evaluación. Su respuesta en el tercer y cuarto puesto tras la semifinal es la de un deportista que está en un momento de evolución muy importante", subrayó Jesús Rivilla.

El aspecto físico

Un aspecto fundamental del éxito de España estuvo en la preparación física. No en vano, una competición corta, con nueve partidos para llegar a las finales de máxima intensidad en 17 días exige un trabajo bien planificado: "Llegar en condiciones moderadamente buenas al noveno partido es una meta muy ambiciosa. A nadie se le escapa que la distribución de minutos tan equilibrada del staff técnico es clave, al igual que el trabajo de los médicos en la recuperación tras los partidos. Lo que noto es que en los clubes el trabajo físico es muy bueno y, al final, lo que hacemos aquí es una puesta a punto, afinar a los jugadores", señala Rivilla, que por eso quiso lanzar un mensaje de reconocimiento a los preparadores físicos de los clubes.

La próxima meta que se ve en el horizonte para los ‘Hispanos’ y para Jesús Rivilla son los Juegos Olímpicos de Tokio, en principio reprogramados para el verano de este 2021. Un reto que llena de motivación, aunque el preparador físico reconoce que ahora prefiere centrarse en lo que tiene por delante. "En marzo volveremos a concentrarnos y ahora en febrero tenemos tecnificación con los chicos de formación que vienen de abajo. Para mí es sano centrarme en el trabajo inmediato, que es moderamente seguro. El futuro es incierto ante todos, ojalá tengamos los Juegos Olímpicos y seamos capaces de exprimirlos al máximo", concluye. Allí, en Tokio, la selección española partirá de nuevo como candidata a medalla. Y Jesús Rivilla aspiraría así a sumar la quinta y primera en todo unos Juegos Olímpicos.

Fuente: Lanza Digital