Lola Riera ha pasado unos días en su ciudad, pero nada que ver con unas vacaciones. Antes de la charla para este reportaje, la valenciana participa en un ejercicio de lanzamientos a puerta que se le envenenan a la guardameta por unas maderas extendidas en la hierba que modifican la trayectoria de la bola. Ejercicio de reflejos para la guardameta, de precisión con el stick para ella. A cinco meses de sus segundos Juegos Olímpicos, la jugadora de 28 años afina el tiro: el de su carrera deportiva, el de su puesta a punto tras superar el Covid-19 y el su vida profesional cuando acabe medicina.

«Lo he pasado hace unos días, como una gripe más fuerte. Ha sido peor la vuelta, con sensación de cansancio y con correr un poco me ahogaba», indica Lola Riera sobre su experiencia con el coronavirus. Su estancia en Valencia, la concentración con las Red Sticks –la selección de hockey hierba–, ha sido de sufrimiento para ella. Pero a cambio, ha empezado a reconstruirse: «Estos meses de competiciones de clubes y el Europeo (que se celebra en junio) nos van a venir muy bien para coger el tono».

Para el tiro importante: sus segundos Juegos. Confía plenamente en que se celebrarán: «No como estaban previstos inicialmente, pero lo que nos transmiten es positivo». Lola Riera, igual que el resto de deportistas del Proyecto FER con billete olímpico, tuvieron la semana pasada un encuentro con el presidente del COE, Alejandro Blanco. Les trasladó un mensaje optimista que también suscriben su homólogo en el COI y el primer ministro japonés. «Nosotras a Tokio iremos con el mismo planteamiento que antes de la pandemia, a por una medalla. Todas somos conscientes de que pese al parón ahora tenemos cinco meses para trabajar», apunta.

A Río esta generación llegó inexperta, y ahora ya ha pisado el podio en un Europeo y un Mundial. Es su ciclo olímpico pero, ¿habrá un tercero? «De momento, al Mundial de 2022 llego seguro. Luego ya se ver. Como este año ha sido tan raro, no quiero pensar más allá», indica Lola Riera, que se marchó de Valencia muy joven para triunfar en el hockey hierba.

Y para formarse. Eligió una carrera complicada, medicina, y en más de una ocasión se ha encontrado con profesores que no entendían que en ciertos momentos del curso debía priorizar en el deporte. Con un año o algo más de vida académica aún por delante, ha decidido trasladar su expediente a la UCAM de Murcia. «Ahora no tengo ningún problema, al contrario, todo el apoyo. Es a lo que se debe tender en España, que el deportista no sea sólo deportista, porque de eso viven cuatro y con la inseguridad de que si te lesionas se acaba todo. Hay que tener un plan B y en eso es importante contar con el respaldo de la universidad», indica.



Enfrascada en las convalidaciones y en el año olímpico, Lola Riera habla del futuro que le gustaría cuando cuelgue el stick. «Quiero hacer medicina deportiva o traumatología, la intención es trabajar en el mundo al que he dedicado mi vida», señala la valenciana. ¿Y volver a su ciudad? «Si que me apetece, pero ya se verá».

Donde desarrolle su vida profesional, Lola Riera será siempre una pionera del hockey hierba valenciano. «Tenemos las mejores instalaciones de España y el Giner de los Ríos está haciendo una gran temporada en División de Honor. Se está logrando lo que se pretendía. Quizás en algún momento hubo cierta prisa, todo tiene un proceso», comenta. Como en su caso, el de aquella niña que conoció el stick en el colegio. Ya ha ido con él a unos Juegos y, quizás, este verano, la encarame al podio olímpico.

Fuente: Reportaje realizado por el medio 'Las Provincias'